LA EDUCACIÓN EMOCIONAL, UN PILAR FUNDAMENTAL EN EL CEIP DIEGO ESCOLANO
En la escuela no solo enseñamos contenidos académicos; acompañamos a nuestro alumnado en el desarrollo de habilidades esenciales para la vida. La educación emocional es una de ellas y constituye un pilar clave para favorecer el bienestar, la convivencia y el aprendizaje significativo.
Un alumnado emocionalmente competente aprende mejor, se siente más comprendido y participa de manera más activa en la vida del centro.
¿Cómo trabajamos la educación emocional en nuestro centro?
En nuestro centro entendemos la educación emocional como un proceso transversal, presente en el día a día y no solo en momentos puntuales. Para ello, contamos con diferentes espacios y propuestas que favorecen la convivencia positiva:
Espacio 0: un lugar para resolver conflictos
El Espacio 0 es un entorno seguro y calmado donde el alumnado puede acudir cuando surge un conflicto. En este espacio se fomenta el diálogo, la escucha activa y la reflexión guiada.
Recreos activos: jugar, convivir y elegir
Nuestros recreos activos ofrecen al alumnado una amplia variedad de alternativas: juegos cooperativos, actividades deportivas, rincones tranquilos y propuestas creativas. Esta diversidad permite que cada niño y niña encuentre un espacio donde sentirse cómodo, favoreciendo la inclusión, la autonomía y la regulación emocional. Además, el juego compartido es una herramienta clave para desarrollar habilidades sociales y prevenir conflictos.
Educación emocional en la rutina diaria
Asambleas, tutorías, dinámicas de grupo y situaciones cotidianas se convierten en momentos idóneos para trabajar emociones, valores y convivencia. El profesorado acompaña y modela, creando un clima de aula basado en el respeto, la confianza y el cuidado mutuo.
Proyecto de Centro trimestral sobre la educación Emocional
Este trimestre hemos realizado un proyecto de educación emocional a través de obras de arte, cuentos, cortos,análisis de canciones…y con todas las producciones de nuestro alumnado, hemos creado «El museo de las emociones».
Creemos firmemente que educar las emociones es educar para la vida. Cuando el alumnado se siente escuchado, respetado y capaz de expresar lo que siente, se construye una escuela más humana, inclusiva y preparada para los retos del futuro.
La educación emocional no es un añadido, es una necesidad. Y en nuestro centro, es un compromiso compartido por todo el equipo de profesorado.

