Espacio cero en el CEIP Gaspar Remiro de Épila

Desde el colegio público Gaspar Remiro en Épila apostamos por una educación basada en el cuidado emocional, prestando atención a la resolución pacífica de conflictos, intentando día a día dotar a nuestro alumnado y nuestro profesorado de estrategias que ayuden al equilibrio personal y emocional. Es por ello, por lo que decidimos en el curso 2020-2021 emprender un proyecto que recogiera todas estas ideas y por qué no, su puesta en práctica de cara a cursos posteriores.

Tras muchas valoraciones y análisis de las necesidades de nuestro centro, se creó un programa de intervención y modificación de conductas contrarias a la convivencia escolar que pasamos a desgranar a continuación.

En nuestro centro educativo el abanico de conductas contrarias a la convivencia es bastante amplio. Entre todo ese repertorio conductual se destacan las faltas de respeto tanto a los adultos como a los iguales, las agresiones verbales y físicas, las amenazas, el chantaje y otras conductas graves y desajustadas que incluso van más allá del plano ocasional o como respuesta a una situación social concreta. 

Hemos adecuado espacios específicos que nos permitan trabajar desde una perspectiva emocional, espacios acogedores y hemos creado materiales prácticos que nos ayudan en la práctica diaria.

Siguiendo el Plan de Convivencia del centro y el Reglamento de Régimen Interior del centro (en adelante RRI) en el que se recogen las normas del aula y del centro, así como las medidas y actuaciones a llevar a cabo en el caso de que los alumnos adopten actitudes contrarias a las mismas se han establecido los protocolos de actuación para reconducir este tipo de conductas. Todos esos recursos socioeducativos están recogidos en el Programa de actuación sobre conductas contrarias a la convivencia que se basa en cuatro dimensiones generales de actuación como son: la dimensión sociofamiliar, dimensión docentes en la que incluimos al personal no docente, la dimensión alumnos y la dimensión referente a espacio-períodos.

 

Dentro de la dimensión espacios se ha diseñado y puesto en marcha el “Espacio cero” que es un espacio proconvivencia que tiene como finalidad la resolución de conflictos desde una perspectiva pacífica y proactiva. 

El espacio cero es una herramienta para dar respuesta a  las siguientes necesidades desde una perspectiva social, emocional y de convivencia:

  • Diversidad cultural y étnica de nuestro centro que influye de forma significativa en los valores, intereses, aspiraciones y estrategias sociales de nuestro alumnado. 
  • Diferencias en la actitud de las familias ante el comportamiento de sus hijos en el centro educativo.
  • El diferente grado de valor a la buena conducta y actitud positiva para el desarrollo personal de sus hijos
  • El bajo nivel de tolerancia y respeto hacia ideologías, tradiciones culturales y creencias diferentes. 
  • Falta de competencias y estrategias socioemocionales y comunicativas a la hora de resolver los conflictos que surgen en la convivencia. 
  • Repetición de modelos sociales inadecuados. 

El espacio cero ha sido un reto de transformación de espacios porque se ha pasado de convertir en un espacio sin vida y sin actividad a que sea un espacio de inclusión, en el que se ofrece una respuesta a la diversidad, se cubren las necesidades socioafectivas del alumnado y se da repuestos a los conflictos sociales y emocionales que forman parte de la vida y convivencia de nuestro centro. Pero es necesario plantearse si la transformación rompe las barreras del espacio y damos un paso más allá y se convierte en una transformación de equipo, de formas de trabajo y de transformación social. 

A continuación, se detalla qué es el espacio cero, los aspectos a trabajar y la comunicación/coordinación que se establece entre el claustro y con las familias del alumnado implicado. 

El espacio cero ha sido un reto de transformación de espacios porque se ha pasado de convertir en un 

espacio sin vida y sin actividad a que sea un espacio de inclusión, en el que se ofrece una respuesta a la diversidad, se cubren las necesidades socioafectivas del alumnado y se da repuestos a los conflictos sociales y emocionales que forman parte de la vida y convivencia de nuestro centro. Pero es necesario plantearse si la transformación rompe las barreras del espacio y damos un paso más allá y se convierte en una transformación de equipo, de formas de trabajo y de transformación social. 

A continuación, se detalla qué es el espacio cero, los aspectos a trabajar y la comunicación/coordinación que se establece entre el claustro y con las familias del alumnado implicado.

El espacio cero es una estrategia de acción docente para fomentar la inclusión y la convivencia en nuestro centro con el fin de favorecer el desarrollo de competencias y capacidades que le permitan a nuestro alumnado integrarse en su contexto sociocultural, favoreciendo la igualdad de oportunidades, proporcionando una educación individualizada y fomentando la participación, la actitud democrática, la responsabilidad compartida y el sentido de implicación y cooperación.

El espacio cero es una estrategia de acción docente para fomentar la inclusión y la convivencia en nuestro centro con el fin de favorecer el desarrollo de competencias y capacidades que le permitan a nuestro alumnado integrarse en su contexto sociocultural, favoreciendo la igualdad de oportunidades, proporcionando una educación individualizada y fomentando la participación, la actitud democrática, la responsabilidad compartida y el sentido de implicación y cooperación.

Desde un punto de vista metodológico, el “espacio cero” como acción socioeducativa dentro del Programa de actuación sobre conductas contrarias a la convivencia se basa en el el modelo de análisis del conflicto de Johan Galtung (1998) que se centra en tres aspectos como son las conductas visibles, las contradicciones estructurales y las actitudes o presunciones que conforman el factor cultural. Concretamente, Galtung hace referencia a la estructura de un iceberg en su análisis ya que hay una parte visible  que es más pequeña y en la que hay hielo pero luego hay otra parte subyacente, la base de iceberg, que no se observa a simple vista y que es la más significativa. Extrapolando este símil a la conducta podemos señalar que en la convivencia en el aula observamos una serie de comportamientos que alteran ese ambiente socioeducativo pero no podemos centrarnos de forma exclusiva en ellos porque esas conductas disruptivas tienen una base emocional, social, familiar, educativa y cultural subyacente que hay que tener en cuenta, analizar y reflexionar sobre ella para dar una respuesta educativa ajustada y en la que se tiene en cuenta la globalidad del alumno. 

Por otra parte, es necesario tener en cuenta la teoría ecológica del ser humano basada en la conexión existente entre el desarrollo de una persona, sus opciones de vida y sus fuentes de crecimiento con el contexto vital de esa personal estableciéndose así relaciones bidireccionales. Asimismo, al hilo de esta teoría nos centramos en el modelo  sistémico ecológico de Marchena (2009) en el que se entiende el aula como un sistema ecológico enclavado en una estructura de variables interdependientes y con una perspectiva multicausal. Es decir, los acontecimientos que suceden en el entorno encontrar y concretamente en el aula no están condicionados de forma exclusiva por el alumno ya que interfieren muchos factores de tipo didáctico, pedagógico, organizativos, emocionales y sociales que hay que tener en cuenta para una correcta gestión del aula y para una correcta gestión de la convivencia dentro del entorno grupo-clase. 

¿Por qué se llama espacio cero?

Se llama espacio cero porque se pretende que sea un espacio libre de “conflictos” (no desde el punto de vista del conflicto como situación de aprendizaje o constructiva, sino desde la perspectiva del conflicto como fuente de lucha, de malestar emocional y de separación social y afectiva), de reproches, de rencor, de insultos, discriminaciones y agresiones de cualquier tipo o condición: 

¿Qué metodología se lleva a cabo en el “espacio cero”?

Con respeto a la metodología, nos centraremos en el principio de flexibilidad de estructuras, tiempos y espacios, y en el uso de distintas metodologías activas para favorecer el desarrollo integral de los alumnos y la consecución de los objetivos didácticos programados, que responden a los principios que veremos a continuación:

  • Respuesta educativa personalizada. 
  • Enfoque inclusivo en el que se promueve la presencia, la participación y el progreso de todos nuestros alumnos.
  • Enfoque positivo. Dirigido a la creación de un vínculo positivo y seguro en nuestra relación con los alumnos, enfocando las dificultades del alumno de forma positiva y dotándolos de estrategias de resolución más efectivas a través de técnicas como el modelado, el moldeado y la imitación.
  • Principio de participación. Debemos tender a la realización de actividades que sean fácilmente adaptables a todos los niveles de forma que todos participen según su nivel y habilidades. 

Asimismo, partiendo de estas premisas y teniendo en cuenta que nuestra finalidad es mejorar la convivencia en nuestro centro las estrategias metodológicas necesarias para alcanzar los objetivos y competencias propuestas en este Programa serían:

  • Estructuración de la situación de enseñanza-aprendizaje. 
  • Consistencia y coherencia en las acciones socioeducativas que llevemos a cabo en el Programa de actuación sobre conductas contrarias a la convivencia que se propone. 
  • Coordinación. Es primordial una colaboración horizontal, (tutores aula de referencia y equipo docente implicado), vertical, intercentros (nuevas escolarizaciones), con las familias y otros agentes externos (asociaciones,ayuntamiento, servicios sociales, la RIOE e Inspección educativa).
  • Comunicación con las familias con el fin de fomentar su implicación y cooperación en el desarrollo global de sus hijos e hijas y en las actividades del centro. 
  • Regulación de la conducta a través de claves visuales, recordatorios,  reguladores conductuales, el diálogo y el consenso.
  • Funcionalidad de los aprendizajes. El alumnado va a adquirir aquellas habilidades, competencias y estrategias que sean significativas y le permitan un máximo desarrollo personal y autonomía en diferentes contextos a lo largo de la vida.
  • Potenciar el uso de reforzadores naturales entendidos como la consecuencia lógica del aprendizaje.

¿Qué puedo hacer cuando me encuentro en una situación de conflicto?

  • Calmarse y afrontar la situación y el problema.
  • Buscar soluciones y no culpables para crear un ambiente de acusación.
  • Aceptar los errores y las responsabilidades.
  • Establecer un ambiente de comunicación, diálogo y escucha en el que se pueda decir lo que nos molesta o hace daño.
  • Llegar a un consenso y establecer acuerdos.
  • Seguir ese compromiso y actuar en consecuencia.

¿Qué pasos seguimos a la hora de resolver un conflicto en el “espacio cero”?

  1. IDENTIFICAR: Comprender las causas del conflicto (¿Por qué he actuado de esa manera?)
  2. ESPERAR: No es conveniente resolver los conflictos en una situación de descontrol emocional y desacuerdo. 
  3. COMPRENDER: Ponerse en el lugar del otro (Qué ha vivido la otra persona, cómo se ha podido sentir,etc.)
  4. ASUMIR: Aceptar los errores y las responsabilidades.
  5. PENSAR: Es necesario aprender a pensar antes de actuar (organizar emoción- pensamiento y acción).
  6. COMUNICAR
  7. NEGOCIAR: Es importante llegar a acuerdos para una resolución de conflictos y una convivencia positiva. 

¿Qué materiales se usan en el “espacio cero”?

  • Herramientas de disciplina positiva.
  • Rutinas de pensamiento emocional: estrategias didácticas que fomentan la motivación y participación del alumnado, así como su actitud crítica, reflexiva y de diálogo a la vez que se adquieren estrategias positivas de resolución de conflictos sociales.
  • Materiales de identificación y gestión emocional:
  • Técnicas de autorregulación y gestión emocional:
  • Herramientas de comunicación y resolución pacífica de conflictos.
  • Juegos vivenciales y de representación social.

Con todas estas herramientas que os hemos presentado, estamos consiguiendo resultados positivos en cuanto a convivencia y motivación por el aprendizaje de nuestro alumnado pero hay que seguir esforzándonos cada día y seguir creyendo en la importancia del trabajo y del cuidado emocional. 

Desde el Gaspar Remiro esperemos que os hayan gustado nuestras propuestas y que sin duda podáis poner en práctica alguna de ellas; nosotros a día de hoy, continuamos trabajando para conseguir un ambiente lo más consciente posible.

“Conocerse a sí mismo es el principio de toda sabiduría”. 

Aristóteles

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